![]() |
"Iceberg", la orca blanca. |
Bellas blancas y bestias negras.
En días recientes se ha publicado en distintos medios la noticia referente al avistamiento en aguas rusas de una orca blanca, recalcando el hecho de que se trata de un macho adulto de gran tamaño. El cetáceo ya ha sido bautizado: "Iceberg", nombre bastante adecuado para una gran masa blanca que surge de la gélidas aguas.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSbLd8aN7CA7QeS_JFwRPkOjQ9MqISJd1KsT_TXRQRENG8KTBbaqX2fyfx55JiEFn3Q9bGsbYrrpoQiW-GdVId8EdHFFY-BdHwk7cqDx0iV0beQh9KUxsQzz6VPSkb1qQKjDnPM6gHfyY/s200/albino-humpback-whale-spotted-s990x742-p-596x446.jpg)
Cualquiera con un mínimo de de back-ground literario percibirá ecos de Moby Dick en ambos acontecimientos. La diferencia sustancial de ambos acontecimientos es que "Iceberg" es una orca, una "ballena asesina", carnívora, con poderosos dientes, lo que le confiere un carácter más sugestivo y cercano al mito pendenciero de la creación de Herman Melville que, aunque también era un cetáceo odontoceto, se trataba de un cachalote, un animal mucho mayor y por tanto más digno de encarnar al mítico leviatán.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzV1GgSFU-VEuvclZ2LQinR5Fj4qq_A57C-529GbhCFtXdf-CFQ0qbNiU1AOozP6nUOgQF3dD7w6MZ1XPelpdU2EvA2ZEtXZ3Zxvdz2oPQ8J2TTIiSkAHouEMTaABwHBXKyjfISVWHbzQ/s200/ballena+blanca.jpg)
De hecho, la razón principal de la prosperidad de la pesca y la economía ballenera a la que se refiere la historia de Moby Dick, era la creciente demanda de aceite de ballena para engrasar la maquinaria de una naciente y creciente era industrial, y el cachalote ("sperm whale", en inglés) era la especie más rentable en este aspecto, dado que su característicamente voluminosa cabeza contiene un enorme depósito graso de una calidad muy apreciada por la industria. Esta sustancia cerosa, el espermaceti, le sirve al cachalote como órgano de flotación-inmersión, puesto que el animal puede variar su densidad y, por lo tanto su volumen, de modo que en un estado comprimido actúa como un lastre que le envía a las profundidades, a la caza de suculentos calamares gigantes del género architeutis, o como flotador que lo devuelve a la superficie a respirar.
El siglo XIX fué testigo de la creciente demanda de grasa de ballena como combustible y lubricante industrial, y los balleneros de todo el mundo, incluídos los famosos cuáqueros de Nantuket y otras poblaciones de la costa Este norteamericana, convirtieron al cachalote en su principal presa, aunque también la más temida, puesto que todas la grandes especies de ballenas, comedoras de krill o de pequeños peces, poseen bocas pobladas de barbas filtrantes en vez de temibles dientes carniceros, pero el cachalote tiene una mandíbula inferior prominente y armada de poderosos dientes. Un animal acostumbrado a lidiar con grandes presas y poderosos enemigos (orcas, tiburones, machos rivales) puede mostrar conductas mucho más violentas para defenderse que sus parientes recolectores de krill, de una actitud semejante a la de los pacíficos tiburones ballena o los tiburones peregrinos que eran perseguidos en el mar de Arán para la extracción del preciado aceite de sus hígados, tal y como podemos apreciar en el épico y pionero relato cinematográfico de Robert J. Flaherty.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtq4c8hJPgjkwWCuFTrQUsJQkFTVQhs2ZLht_3S9X-9XczQ7ks7g7Lx7S4RDyVga7bf5Fb9-08GQ6KCt69BYZFwJCNFxgQYTzi-OV6qxer_XqIhGiZnIlyON5lxgz57gzttiHmCPPvxi0/s320/albino+mobydich1.jpg)
Melville mitifica el carácter de Moby Dick con un demoníaco (o divino, según se mire) carácter astuto y vengativo al que han recurrido muchos otros monstruos de ficción desde entonces. No obstante, el monstruo que encarna al mal y a la naturaleza vengativa simultáneamente, debe ser reconocible, digno de ser mostrado (significado literal de "monstruo") y como cachalote ha de ser peculiar y diferente, así que, como tantos otros animales que han suscitado interpretaciones místicas, es BLANCO.
Llegados a este punto deberíamos matizar tres aspectos fundamentales de la cuestión:
1-La ballena blanca es peculiar por ser blanca como excepción, tal y como ocurre con todos los animales albinos, es decir, que excepcionalmente nacen sin pigmentación, diferenciándose de los de su propia especie. Es el caso antagónico del melanismo, al que hacíamos referencia al hablar de la iconografía del leopardo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAKiaxN05JjTnIhNu5M-JwFjJq6CRQAPFfN2HAZBFi9YLXrpKWe3Q4atYyJeRaQ6W81wslUjHbyZwwz7KudryW3n8034WrUF-ng5xtZmexYwG9_EDxjDlWdWddZ71js50TQGaSGwBiqlY/s320/skerry-brian-j-close-up-of-a-beluga-whale.jpg)
3-Los animales armados con dientes, garras o cuernos, potencial y evidentemente agresivos, son admirados con fascinación, y el arma más poderosa es la masa, el tamaño. Un gran animal blanco armado, sea un búfalo, un león, un toro, tiene grandes opciones para adquirir un lugar preferente en la mitología zoológica, pero el medio acuático, origen biológico y simultáneamente espacio vetado a la supervivencia humana, otorga a cualquier gran criatura dentada acuática el título de quintaesencia de la monstruosidad temible. El cachalote blanco, Moby Dick, reúne todos los requisitos...o casi todos. Ya hemos hablado en otras entradas acerca de la problemática icónica que supone la estrechez de la boca del cachalote (son innumerables los ejemplos de ilustraciones en que la ballena adquiere aspecto de cachalote pero con boca ancha y dientes en ambos maxilares) y está claro que la Orca no es llamada ballena asesina porque sí, sino por su capacidad para abarcar un ser humano con su boca dentada, como un gran tiburón. Incluso anuncia su presencia en la superficie del agua con el superestímulo de su gran aleta dorsal de hasta dos metros de la que carecen los cachalotes y otras grandes ballenas.
El modelo que presentamos en estas imágenes señala la tendencia a imaginar la mandíbula inferior del cachalote tan ancha como su cabeza. La vista lateral podría sugerir dicha posibilidad, y de hecho suele forzarse esta preferencia por la boca ancha incluso en ilustraciones de carácter científico, que imitan inconscientemente al diseño del "Monstruo" de la película "Pinocho" de Walt Disney, un cachalote con boca de orca, ancha y con dientes en ambos maxilares. Los cachalotes reales poseen dientes sólo en la mandíbula inferior y ésta es además mucho más estrecha que el ancho total de su cabeza. Otro error gráfico frecuente, como vemos en la ilustración siguiente, consiste en reubicar sus ojos mucho más arriba de su posición natural, más baja y retrasada, prácticamente tras la comisura de la boca.
Si observan la ilustración anterior y la siguiente, ambas documentan el mismo hecho histórico: un cachalote varado en la costa holandesa en el siglo XVII. Es obvio que los dibujantes que tomaron apuntes directamente pudieron observar detalles anatómicos correctamente reproducidos (observamos una cierta insistencia en mostrar el pene del animal fuera de su habitáculo natural), pero en el grabado de Goltzius bajo estas líneas, la perspectiva de la boca busca intencionadamente dar una apariencia más ancha, como si se estrechara debido a una perspectiva oblicua. Los ojos también se desplazan respecto a su posición natural.
Es obvio que el cachalote representa la ensoñación de un gigante submarino, y así lo hacen constar múltiples representaciones del animal en libros de divulgación natrualista del siglo XIX. Por cierto: hasta que no se visualizaron públicamente los primeros acuarios transparentes, las ilustraciones de animales acuáticos y peces no mostraban a los animales vistos de perfil (como en un acuario) con la línea de la superficie del agua sobre ellos, sino vistos desde arriba, como los veríamos en un estanque. En esta ilustración se juega con ambos conceptos, y podemos intuir la figura del animal bajo las profundidades además de ver el aspecto que ofrece su lomo y su surtidor característico (el espiráculo del cachalote está descentrado y el "chorro" de condensación sale en un característico ángulo hacia adelante) como si lo viéramos desde la costa o desde un barco.
Moby Dick era un cachalote blanco porque había de espiritualizarse. Su condición de fantasma lo demoniza, su condición de espíritu lo redime condenando a Achab. Blanca como la espuma que esconde todos los peligros del mar.
Las ilustraciones de los libros naturalistas debían mucho a la navegación, y la aventura siempre acompañó de un modo u otro a los relatos naturalistas de expediciones auspiciadas con afán expansionista. John Houston se sumergía con deleite en estas aguas para llevar su historia a las pantallas.
Pensaba ilustrar estas líneas con algún fotograma de la película, pero la red me ha obsequiado con algo mejor:
¡¡ Silencio, se rueda !!. Foto histórica: Moby Dick “atracado” en el Puerto de la Luz.
Lo cierto es que una enorme ballena blanca venía al mundo en los varaderos de Blandy Brothers, junto al Mercado del Puerto. Un espectacular animal que se convertiría en el primer canario en saltar al estrellato hollywoodiense.
A las órdenes del afamado director John Huston, y compartiendo cartel con Gregory Peck - con un caché por las nubes acabadito de estrenar "Vacaciones en Roma" con Audrey Hepburn-, nuestro cetáceo Moby Dick a poco estuvo de llevarse el Oscar a la mejor producción en cartonpiedra y madera. Varias semanas de rodaje en nuestra Playa de Las Canteras que llenó de novelería el entorno playero y la ciudad.
Otros actores canarios en esta superproducción: las gaviotas de El Confital...
... ¡¡SILENCIO, SE RUEDA!!
Víctor Valdivielso Sánchez.
** Foto de Dimas Valdivielso Torrent , Moby Dick en el Puerto de La Luz, 1954
Sigamos con los cetáceos blancos.
![]() |
Delfín albino |
Este canguro no es blanco, sino albino, carente de pigmentación, como delata su morro rosado y el interior de sus orejas. Es llamativo porque los canguros no son blancos y su falta de pigmentación lo convierte en una presencia chocante y poco probable en los parajes tórridos que suelen habitar estos marsupiales, y además nos hace pensar en un gran ratón blanco.
Los animales que acostumbran a mostrar coloraciones variables, entre ellas blanco o negro, son los que, sin crear sorpresa, generan atractivo o rechazo según preferencias subjetivas o culturales. Los gatos, los perros, los caballos, fauna doméstica, pueden presentar diferentes colores, pero el negro intenso y el blanco extremo los hacen pasar de lo imponente a lo intimidatorio. En cuanto al contexto cultural o social, conocemos aversiones tan tópicas como las que afectan a los gatos negros, pero cabría matizar qué interpretar en diversos contextos por perro blanco, como muy bien especificó de manera fílmica Sam Fuller.
Este lobo es blanco, dentro de las múltiples posibilidades cromáticas del pelaje de estos animales, pero no padece albinismo, como demuestra la pigmentación oscura de sus párpados y su morro. A los ejemplares blancos, frecuentes en climas fríos por el oportuno mimetismo que el color ofrece en un paisaje nevado, se les otorga culturalmente una cierta espiritualidad asociada a la luz representada por el color blanco, asociado frecuentemente al alma y al espíritu.
Los alces no son blancos, aunque esta norma general puede mostrar excepciones como las que mostramos en las fotos que acompañan a este texto, lo cual los convierte en ejemplares dotados con una cualidad excepcional en su especie.
![]() |
Alce albino |
![]() |
Alce albino |
![]() |
Bisonte blanco |
The White Buffalo | |
AÑO | 1977 |
---|---|
DURACIÓN | 97 min. |
PAÍS | |
DIRECTOR | J. Lee Thompson |
GUIÓN | Richard Sale (Novela: Richard Sale) |
MÚSICA | John Barry |
FOTOGRAFÍA | Paul Lohmann |
REPARTO | Charles Bronson, Jack Warden, Kim Novak,Will Sampson, Clint Walker, Stuart Whitman,Slim Pickens, Ed Lauter, John Carradine |
PRODUCTORA | Dino De Laurentiis Company |
GÉNERO | Western |
SINOPSIS | 1874. Un gigantesco búfalo blanco siembra el terror, la muerte y la destrucción en Dakota. Tres hombres intentan darle caza, pero sus motivos son muy distintos. Wild Bill Hickok, un famoso pistolero que ha vuelto al Oeste, lo hace para poner fin a sus pesadillas. Crazy Horse, un jefe sioux, porque el alma de su hija, víctima de la fiera, sólo hallará la paz cuando su cadáver sea cubierto con la piel del búfalo. Zane, por su parte, sólo busca el beneficio económico que le reportaría la venta de la piel de animal. (FILMAFFINITY) |
Nueva especie descubierta: Grizzly-Polar
¿Cómo sería posible si el hábitat de estas especies es completamente opuesto? Resulta que el calentamiento global que sufrimos desde hace años ha provocado un deshielo de los polos. De esta manera ha puesto en contacto a especies que normalmente no deberían compartir el mismo entorno.
En abril de 2006, un cazador abatía de un disparo a lo que él pensaba que era un oso polar en la isla de Banks, al norte del Círculo Polar Ártico canadiense. Sin embargo, su aspecto no era el que esperaban ni el cazador ni su guía inuit.
La piel alrededor de sus ojos era más oscura y sus garras eran mucho más grandes de lo normal. Pero la prueba definitiva la aportó un análisis de ADN que determinó que se trataba de la descendencia de un macho de grizzly y una hembra de oso polar.
Hace pocos meses otro híbrido era abatido al oeste del Ártico canadiense, pero esta vez se trataba de un ejemplar de segunda generación. Los híbridos entre grizzly y oso polar pueden tener descendencia fértil. Un estudio publicado en la revista Nature por especialistas en fauna del Ártico desvela que la hibridación no es un fenómeno exclusivo de los osos.
En abril de 2006, un cazador abatía de un disparo a lo que él pensaba que era un oso polar en la isla de Banks, al norte del Círculo Polar Ártico canadiense. Sin embargo, su aspecto no era el que esperaban ni el cazador ni su guía inuit.
La piel alrededor de sus ojos era más oscura y sus garras eran mucho más grandes de lo normal. Pero la prueba definitiva la aportó un análisis de ADN que determinó que se trataba de la descendencia de un macho de grizzly y una hembra de oso polar.
Hace pocos meses otro híbrido era abatido al oeste del Ártico canadiense, pero esta vez se trataba de un ejemplar de segunda generación. Los híbridos entre grizzly y oso polar pueden tener descendencia fértil. Un estudio publicado en la revista Nature por especialistas en fauna del Ártico desvela que la hibridación no es un fenómeno exclusivo de los osos.
Lo que nosotros llamamos rebeco o gamuza en Europa, tiene una versión blanca en las montañas rocosas conocida como cabra blanca americana o cabra salvaje de las rocosas, un caso de coloración especializada, y no de albinismo. Es llamativa como especie por su blancura, pero la blancura de sus ejemplares no es por tanto excepcional.
Los biólogos, genetistas y criadores, no obstante, nos podrían explicar la diferencia selectiva que provoca que una determinada pigmentación desaparezca (como en un lobo blanco, un caballo blanco, un tigre blanco -que conserva sus rayas negras- etc.) o que cualquier posible pigmentación melánica sea inexistente (auténtico albinismo, síndrome genético que desprotege de pigmentación alguna al animal, viéndose su salud afectada por efectos de la radiación solar, por ejemplo -los especialistas dudan que "Copito de nieve", el famoso gorila blanco que habitó el zoo de Barcelona, hubiera sido capaz de sobrevivir en la vida salvaje-).
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjo6jtIOD2Al73VHotsST42qfL4_G22MR858ttEdJD7AZnxALWHsA76Qw6O1ctSmvLjVP2had6GQd8vOQvzDDaHAzBtPTKkcOUzucin88zjWW6RP2Te6QB1_a0EzXJqRxXO-gaCjCQTO8/s200/blanco+tigre.jpg)
![]() |
Tigre albino |
![]() |
Ibis o leopardo de las nieves |
Así pues, un tigre blanco es una posibilidad más en la coloración del tigre, pero su rareza, su excepcionalidad, hace que lo contemplemos con especial preferencia, y a esto habría que añadir que la ausencia de amarillo anaranjado en su piel le hace entrar en una categoría que comentaremos más tarde: los animales en blanco y negro, fascinantes precisamente por ser susceptibles de ser reproducidos fielmente a una sola tinta (sea negro sobre blanco o blanco sobre negro)
![]() |
Pavo real blanco |
![]() |
Caimán albino |
En la mayoría de los animales, la coloración del iris del ojo es casi inexistente, así que si no se presenta azul, como en la mayor parte de mamíferos, trasluce el torrente sanguíneo del ojo y vemos una pupila llamativamente roja. Tal es el caso de las ratas blancas de laboratorio o el que muestra la cría de erizo de la imagen adjunta, un caso de albinismo evidente precisamente por mostrar este signo.
![]() |
Erizo albino |
![]() |
Búho blanco |
![]() |
Nutria marina albina |
![]() |
"León blanco" (subespecie sudafricana) |
![]() |
León albino |
La vistosidad de la mayoría de las aves, voladoras o no, es normalmente exclusiva de los machos. Las especies de llamativos plumajes a menudo reservan para las hembras una coloración mucho más discreta con fines miméticos (tanto para mamá como para sus pollos e incluso sus huevos), y los faisanes, los pavos reales y los avestruces dan buena cuenta de ello.
![]() |
Avestruz blanca |
![]() |
Orca albina |
![]() |
Armiño con coloración invernal |
![]() |
Armiño con coloración estival |
![]() |
Armiño con pelaje estival |
![]() |
Mapache albino |
![]() |
"Copito de nieve", gorila de costa albino. |
![]() |
Cebra, posiblemente el animal blanquinegro por excelencia. |
De entrada deberíamos decir que un gran número de especies zoológicas no percibe los colores y precisan del reconocimiento de formas y contornos por contraste, así que una pauta en blanco y negro actúa como patrón disruptivo, es decir: resulta muy difícil descubrirlos especialmente entre el follaje o bajo las sombras que este proyecta en el suelo.
![]() |
Cría de tapir malayo |
![]() |
Tapir malayo |
![]() |
Tigre blanco |
![]() |
Animales blanquinegros: orca |
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuwaHzLqUMCx5T2QpykKG57mqFXChRwoPMyCGtfAfYZluqGq8UG1kE6DgKKi_Y6L6EzFe3OINEcF6__147K07VhVyF2nAIaLBr46dZgHsW1VXdP6tsSZwNYJ7yzOpdSRWaLEVov04k2JI/s320/Urraca+-+La+Picaraza+-+La+Picara+-+Marica+-+Ave+3.jpg)
![]() |
Urraca |
![]() |
Tejones |
![]() |
lemur vari |
![]() |
Lemur cata, maki o mokoko |
![]() |
Piel de perro dálmata |
![]() |
Raza canina dálmata |
![]() |
Búho nival |
![]() |
El pingüíno de Humboldt es una de las especies auténticamente blanquinegras de estas aves |
![]() |
Tigre blanco |
![]() |
Otras especies de pingüínos no son estrictamente en blanco y negro, pues presentan picos rojos, como en este caso, u otras pautas o manchas de color. |
![]() |
Tamandúa u oso hormiguero arborícola. Pasa por ser un animal blanco con chaleco negro, aunque en realidad presenta tonalidades doradas o amarillentas. |
![]() |
Oso panda gigante, el animal blanquinegro por excelencia |
![]() |
Oso panda gigante con su cría. |
Por último podemos mencionar aquellas especies que nominalmente tienen denominaciones diferenciadas en blanco, en negro o en ambos. Ya hemos comentado la redundancia del leopardo negro como pantera negra (al igual que en jaguares y pumas) y simplemente designa los casos de melanismo. En el caso del rinoceronte también hemos dedicado entradas específicas a esta y otras cuestiones referentes a su iconografía, pero no está de más recordar que el rinoceronte negro y el rinoceronte blanco sí que son dos especies diferenciadas, pero, en realidad, no por su color, sino por un equívoco lingüístico auspiciado por representaciones y reproducciones un tanto maniqueas: ambas especies africanas poseen hábitats y hábitos alimenticios diferentes. El blanco busca llanuras y pastos, y arranca los brotes vegetales del suelo con su furte labio superior, recto y ancho. mientras el negro prefiere las frondas y los matorrales, de los que consume grandes cantidades de brotes y hojas con un labio superior característicamente picudo y prensil. Aparte de esta diferencia anatómica decisiva para una rápida diferenciación visual de ambas especies, podemos mencionar que el rinoceronte blanco presenta unas proporciones de tòrax más ancho en relación a la grupa y cuartos traseros. Ambos animales son igualmente grises. ¿Porqué se diferencian como Blanco o Negro? Muchos ilustradores han oscurecido o aclarado intencionadamente sus trabajos para facilitar su contraste en láminas conjuntas, e incluso hemos visto muchas fotografías en las que parecía constatarse que como mínimo el rinoceronte blanco es de un gris ceniza muy claro mientras el rino negro se ve gris muy oscuro. Esto se debe a que ambos, aunque de dura y gruesa piel, son de cutis delicado y padecen de parásitos tanto como del sol extremo, y se han de proteger con polvo, con agua, o, mejor aún, con barro, la mezcla de ambos. En su biotopo natural el rinoceronte blanco encuentra más baños de polvo que de barro o agua, así que su primo suele salir más oscuro en las fotos al habitar frondas más sombrías y húmedas, aunque no siempre se dé estrictamente así. La voluntad de los artistas gráficos hace el resto.
Vemos pues, cómo los artistas gráficos, incluso los fotógrafos, son responsables de la perpetuación de rasgos a menudo inexistentes, pero en su defensa diremos que sólo han intentado ser cómplices de las aseveraciones científicas, y lo primero para los seres humanos suele pasar por la identificación verbal, la especificación nominal de las cosas.
![]() |
Ava Gardner ofrece algo de merienda a un rinoceronte negro. |
Nuestra percepción, y, subsidiariamente, nuestra cultura y nuestro lenguaje, nos comunica un mundo de cosas diferenciadas por contraste. Contraste de tamaño, de contornos, de oscuridades y claridades:
Reyes y plebeyos, ricos y pobres, blancos y negros, bellas y bestias. Bellas blancas y bestias negras.
Vamos a aclarar ciertas confusiones icónicas, léxicas y semánticas sobre los osos.
Hace años, en un descanso del trabajo que realizaba en el Zoo de Barcelona, me llamó la atención uno de los comentarios del público más ilustrativos de la confusa administración de información por parte de la gente con respecto a la identificación de especies animales: un hombre que no alcanzaba la cuarentena, acompañado de su familia, se quedaba perplejo ante la instalación de osos polares y, al comprobar que la habitaba una pareja de ejemplares comentaba: "...pero ¿no se supone que sólo hay uno en el mundo?".
Evidentemente, el hombre se estaba refiriendo al entonces todavía vivo Copito de Nieve, único ejemplar conocido de gorila albino. Ya hemos aclarado anteriormente las confusiones entre animales blancos y albinos, o entre las engañosas interpretaciones de los nombres y calificativos de los animales como descripciones exactas de sus rasgos característicos. Porqué los rinocerontes blancos y los rinocerontes negros son del mismo color gris, porqué las panteras negras son leopardos pero éstos no son jaguares, aunque cuando los jaguares son negros se confunden con panteras por vía léxica y cromática.
También hablábamos de la espiritualidad que acompaña a la visión de animales blancos, mientras que los negros entran en terrenos tenebrosos por mera asociación con su color.
Desde luego, el caso que comentamos confirma, además, una cierta confusión entre especies que se pueden considerar antropomorfas; en el caso de los gorilas por su evidente cercanía genética (más si el animal es blanco, a ojos de un occidental caucásico) con el ser humano aunque practique menos el bipedismo que un avestruz, y las aves, más las terrestres, despiertan empatía de bípedo a bípedo. El oso lo practica a menudo por cuestiones prácticas o para intimidar desde más altura, y su estampa bípeda es difícilmente disociable de una bestia antropomorfa.
Pero, aparte de la empatía icónica que nos producen los osos, parecidos a nosotros en ciertos aspectos ( y a nuestros compañeros perrunos en otros, pero eso es otra cuestión que también hemos tratado) aquí estamos para hablar de la diferenciación de especies por su color.
Hablábamos de animales blancos, animales negros y animales blanquinegros. Y por supuesto mencionábamos a los osos.
Todos conocemos el oso blanco y negro por excelencia: el oso panda, pero hay controversia al respecto de su pertenencia a la familia de los úrsidos, y como mucho se le acepta como pariente cercano del oso de anteojos su pariente más cercano, si bien este pertenece a la subfamilia de los tremarctinos. Por otro lado, el panda rojo, pese a compartir nombre (lo cual es poderoso para el ideario colectivo) pertenece a una familia propia e independiente: Ailuridae, y por lo tanto no hay ni que tenerlo en cuenta como oso. De hecho, al panda gigante se le llama oso panda, pero al panda rojo sólo se le llama panda rojo, y está más bien emparentado no muy lejanamente con los mapaches.
Se habla también del oso negro, y éste es habitante de tierras norteamericanas, aunque no son infrecuentes ejemplares en América Central y en América del Sur, donde se dan otras especies de úrsidos también negras en su pelaje, pero con rasgos propios que justifican denominaciones específicas, como el oso de anteojos, con su característica mancha blancuzca que le da apariencia de oso negro con gafas.
El oso blanco, u oso polar, es blanco a la vista, aunque lo cierto es que su piel es negra y su pelo es transparente, y es supuestamente descendiente (casi una subespecie propicia a la hibridación) del oso gris, o Grizzlie, cuya variedad de Alaska, o Kodiak, es todavía más grande que el gran oso gris de las Rocosas. Pero el oso gris no es gris. Es pardo, marrón. De hecho es una variedad trascontinental del oso pardo europeo, más pequeño.
Baloo, el oso de "El libro de la Selva", de R. Kipling, se hizo famoso en la estampa icónica que generó Walt Disney en su último trabajo en vida, y en la película de animación, Baloo es gris, pero no es un oso gris. De hecho su rostro tiene ecos del visionado de osos asiáticos, y su parecido, más que con un oso de collar (por cierto, también negro, pero con una mancha blanca en el cuello en forma de collar), uno de los osos asiáticos por excelencia, es con un oso bezudo, o con un oso malayo, también de pelaje negro.
En una de nuestras entradas anteriores (una de las más visitadas hasta la fecha, y siendo de elaboración propia, de las que más nos satisfacen a nosotros mismos) dábamos cuenta de una serie de especies animales especialmente conocidas por su blancura o por su negrura (e incluso, yendo un poco más allá, repasábamos aquellos que muestran blanco y negro, o blanco, negro y gris en su pelaje). Distinguíamos entere especies "genuínamente" blancas o negras de aquellos casos de ejemplares que constituyen casos de albinismo o de melanismo.
Sin duda, los animales blancos suelen ser asociados en casi todas las culturas a la pureza, a la luz, y, por tanto, de algún modo, a la espiritualidad. No obstante, en aquel artículo destacábamos también ciertos casos de especies que presentan variantes nominales en blanco y negro que en realidad no se corresponden con la realidad cromática (el rinoceronte constituye el mejor ejemplo), y también mencionábamos el caso de los guepardos carentes de manchas en ciertas zonas de África y, cómo no, los hermosos rasgos diferenciales del guepardo real, una bellísima subespecie de Guepardo de Rhodesia que, a causa de la cosanguineidad de la población de guepardos de la zona, presenta atavismos que apuntan al posible aspecto que mostrarían los antepasados de tan hermoso animal.
No obstante, y pese a que mencionábamos al oso polar u oso blanco (cuya piel es en verdad negra y su pelo transparente), sin olvidar su parentela genética con el Grizzly recientemente evidenciada por ciertos casos de hibridación, hemos cometido un lapsus grave. Hemos ignorado al oso negro blanco.
El lapsus es grave porque nos interesan las confusiones léxicas al hablar especies animales, y nos interesan las especies y subespecies poco conocidas. Cuando decimos "oso negro blanco" no hacemos uno de nuestros típicos juegos de palabras (los seguidores fieles sabéis que nos gustan y los practicamos con cierta desmesura) puesto que el oso Kermode, pues a dicho animal nos referimos, es, en sentido estricto, un oso negro que, por causas endémicas similares a las del guepardo real, muestra un particular atavismo que afecta al aspecto de su pelaje, de color blanco o cremoso y que lo convierte en un animal raro, tanto por su escasez como por el hecho de ser poco conocido. Además, yo diría que el hecho de añadir más datos confusos a la identificación de osos por parte de los profanos, tiene difícil acceso a la cultura de la divulgación zoológica no especializada.
Lo más grave de nuestra omisión (además de lo significativo que resulta que el Kermode sea también llamado oso de espíritu o spiritbear, algo que ilustra a la perfeccción nuestro comentario acerca de la espiritualidad intercultural compartida respecto a los animales blancos) es que ya habíamos ampliado nuestra información sobre animales blancos y negros con una entrada específica reciente sobre osos en la que habíamos omitido injustificablemente cualquier mención acerca de esta rara y hermosa subespecie, iconográficamente poderosa, como ya habíamos comentado con respecto al guepardo real.
Según wikipedia el oso Kermode (Ursus americanus kermodei) es una subespecie genéticamente única del oso negro que habita en la costa central de la Columbia Británica. Tienen un pool génico recesivo que produce en un pequeño porcentaje de ejemplares una piel blanca o crema. También se les suele llamar osos de espíritu, y forman parte de la mitología nativa del lugar.
El hábitat de esta subespecie ha sido profundamente alterado. Por lo que en febrero de 2006, el gobierno de la Columbia Británica ha conseguido un Acuerdo de Manejo de Tierras con el agrado de ambientalistas y grupos ecologistas de los pueblos originarios y con la industria maderera para proteger 18.000 km² de terrenos, incluyendo uno de los más grandes bosques templados del mundo: la casa del oso Kermode.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar